Anscari Morera parte 2

En estos artículos, exploraremos cómo el desarrollo personal puede transformar una vida. A través de alguna experiencia vista desde un enfoque holístico, puedes aprender a conocerte mejor y a vivir con mayor bienestar a pesar de los contratiempos.

Anscari Morera

11/13/20256 min read

Transformación personal

Anscari Morera

Anscari Morera

Mi pequeña historia... Parte 2

Ya a 2007, volví a casa de mi abuela por un periodo corto de tiempo. Después de pasar una adolescencia entre radicales extremistas de ambos bandos, formando parte de ambos en épocas diferentes, y estando un poco enfadado con la vida. Deje de ir a la escuela a los 16 años, estando en casa mi madre también habían unas normas, así que tenía que trabajar, y me tocó en la construcción como peón. Me compré una moto, salía de fiesta y tomaba algunas drogas. Me enamoré alguna vez, pero ninguna salió del todo bien, al poco tiempo, cada uno seguía su camino. Entré en una fábrica como operario pero me echaron al poco tiempo, al igual que de los siguientes trabajos en la fibra de vidrio, otros de carpintero, y algunas veces mientras no trabajaba, fui ladrón un par de veces, y me pillaron las dos.

Me hicieron hacer trabajos comunitarios en una hípica, donde observé y aprendí las nociones básicas del noble arte de la doma natural de caballos, dándome la oportunidad de cuidarlos, limpiando sus cuadras la mayoría del tiempo, y de vez en cuando, dando un paseo por alrededor de un sitio maravilloso, encima de un animal espectacular. Y creo que esa fue, mi primera terapia. Terminé esas horas obligadas, y mi padre me dio trabajo como su chofer personal para que saliera de ese mundo en el que estaba metido. Jamás podre estar suficiente agradecido, por muy agradecido que esté ahora mismo. Gracias, gracias, gracias, de todo corazón. Aprendí a conducir por fuerza, kilómetros y kilómetros llevando a mi padre a los diferentes sitios donde tenia reuniones y inmuebles por vender, mientras el atendía al teléfono, miraba planos y agendas mientras me daba indicaciones, no sólo de a donde sino también de como ir. Un maestro.

Al poco me dediqué otra vez de operario, ya que ese trabajo era sin remunerar y yo necesitaba dinero. Volví a buscar trabajo a través de las E.T.T. y me contrataron en varias fábricas como operario, torero, vigilante de seguridad, descarga de contenedores marítimos, entre otros. Hasta que mi padre quería abrir un “Compro Oro”, y podía pagarme un sueldo como encargado de la tienda. Encontré una habitación en una casa de campo, así que me independicé al año siguiente, trabaje en la tienda de mi padre hasta 2011, cuando me fui por varias cuestiones con 21 años. Esa simple habitación, mi padre la había convertido en un lugar que tenía un altillo con la cama, justo debajo un espacio que servía como comedor con un sofá cama, la propia habitación tenia un lavabo con su ducha, y debajo de la ventana habíamos puesto un mueble que hacia como cocina y justo en frente, una nevera que casi rozaba la puerta para entrar. Imaginaros la distribución de una caravana dentro de una habitación, y os haréis una idea aproximada.

Pasé 4 años rodeado de amor puro, tanto de mi abuela, como el de mi pareja y su hija, junto con el de mi hermano. No tengo palabras, más que de agradecimiento por haber podido vivir esa etapa de mi vida, y sobre todo, en esa época ya empezar a ser consciente de la gran suerte que tenía por vivir ese momento. Pero ya con 25 años, sobre el 2015 volví con mi madre después de haber decidido dejarlo, y después de llevar unos meses encerrados en un circulo tan toxico como vicioso, decidimos separarnos. Fui a casa de mi madre y no busqué faena ya que tenía el paro, compre una mesa de mezclas y me dediqué una temporada a poner música en alguno de los sitios que me dejaban, e incluso alguna vez me pagaban algo por ello. Tras un tiempo habiendo vuelto a mis antiguos hábitos, otro circulo vicioso y tóxico del que una vez salí, sin hacer mucho mas que salir de fiesta, trabajando en ella o no, y dormir para recuperarme, mi padrastro junto con el consentimiento de mi madre, me echo de casa.

Volvamos a casa de mi abuela entonces, ya sobre el 2017, ella había ido a vivir al terreno, y mi padre estaba viviendo en la casa donde ya había estado, así que me fui a vivir con él. Y como no, también volvamos al circulo vicioso y toxico con mi ex-pareja unos años más. Años en los que encontré trabajo como reciclado de palets usados, y posteriormente camarero. Recuerdo de una forma extraña esa etapa, época en la que mi padre por desgracia enfermó. Muriendo de un cáncer unos 6 meses después del diagnostico, y sin poder creerme lo que estaba sucediendo, nos dejó. No se cómo expresar el dolor que sentía, quizás porque entonces tampoco quise, ni supe expresar. No expresé dolor, pero lo sufrí por dentro, y aunque hoy todavía me duele, recuerdo esos últimos días a su lado como un tesoro. Sí, aunque ya no recordara que mi nombre era Anscari, y él odiara que tuviera que estar cuidándolo, recordándole como me llamaba, los recuerdo como como un tesoro.

Gracias Papá. Por todo, y por mucho más de lo que soy capaz de vislumbrar. Gracias.

Me quedé solo en esa casa, empecé a asistir al psicólogo de vez en cuando, al poco tiempo deje de tener contacto con mi ex-pareja, y seguí mi vida como pude. Vivía en la casa que había estado esos últimos años con mi padre, realmente todo me recordaba a el, pero al cabo de un año falleció mi abuela, 366 días exactamente después del día que nos dejó mi padre. No me lo esperaba, ninguna de las dos despedidas. No se como expresar el dolor que sentía, porque entonces tampoco supe expresarlo, pero ya tenía experiencia en sufrirlo por dentro. No pasa nada, es ley de vida me decía y les decía a quien me transmitían sus sentimientos.

Por suerte empecé a estudiar y podía evadir la mente en ello. Debido a que la herencia dejaba como usufructuarios a sus otros dos hijos, y aunque mi primo y yo teníamos la herencia de la nuda propiedad, tuve que ir a vivir al terreno un año más tarde, ya que mi tía quería alquilar la casa en la que estaba. Varias mudanzas desde que pisé este mundo después, me encontraba en el terreno, en el que mis otros tíos Carmen y Josep, se habían echo un pequeño hogar al lado de la construcción de mi abuela. Los cuales se convirtieron en mis nuevos “padres”. Me encontraba solo, aunque la relación con mi madre empezaba a mejorar después de un tiempo sin hablarnos, tenía buenos amigos y mis tíos me acogían en su casa y hacían conmigo lo mejor que sabían, con lo poco que sabían y poseían, y lo estropeado que yo estaba.

Me sentía solo. No quiero daros lástima, ahora estoy con una mujer fantástica, que no se si será para siempre, o para solo un tiempo limitado, más lejano o mas cercano. Pero me ha echo sentir vivo de tantas maneras diferentes, que nunca estaré lo suficiente agradecido de haberla conocido. Gracias Laia. He tenido mucha suerte, así que no quiero daros lástima, aunque no voy a ser yo quien os diga que sentir. Pero antes de conocerla, no sabía muy bien como gestionar todo lo que me había pasado, en tan poco tiempo. La madre de mi hermano no quería que lo viera, mi padre y mi abuela se habían ido, ese mismo año entre ambas despedidas, había terminado el curso de electromecánica, y por suerte encontré trabajo relacionado con eso.

Pero después de la muerte de mi padre, empecé a hacerme preguntas, a recordar vivencias, a ver, la brevedad de la vida. Una vez dejé de estudiar, miraba videos y escuchaba podcast casi todo el día, tanto en casa como conduciendo y en el trabajo. Empecé a leer y a meditar, ambas cosas por primera vez en mi vida, y hacer un tipo de ejercicios sin mucha esperanza, ya que estaban disponibles en YouTube y nadie podía asegurarme que no me hicieran matar a la poca familia que me quedaba, o a todo el pueblo, después de visualizarlos o escucharlos mientras dormía. Concretamente buscaba un tipo de información y meditaciones guiadas para re-programar tu mente, tanto místicas como de psicología, PNL, y otras ciencias. No estaba bien, pero me obligaba a mi mismo a ver la parte positiva, tu sigues vivo me decía, si, pero... ¿Para qué? Me contestaba a mi mismo. Y esa pregunta fue el inicio, de una gran aventura, en el que entraría en una profundidad que jamás podría haber imaginado, sin saber a dónde me llevaría, me preguntaría cada vez. ¿Para qué? Hasta que la respuesta finalmente llego a mi.

Para estar bien, sentirte lleno, sentir la paz y ser realmente feliz.

Fin parte 2. Gracias por la lectura. Att. Anscari morera

Continuará...